Thalassinoides

Los Thalassinoides talasinoides pertenecen al género de los icnofósiles, y son estructuras biogénicas que consisten en una compleja red de madrigueras interconectadas, formadas por pozos y túneles cilíndricos, verticales y horizontales, que a su vez forman laberintos ramificados en todas las direcciones.

Al igual que ellos, los belemnites poseían un saco de tinta, pero a diferencia del calamar, tenían un esqueleto interno duro, que forma una protuberancia con forma de bala. Esta es la parte del belemnites que encontramos fosilizada.

Durante el Jurásico y el Cretácico los belemnites fueron muy numerosos, de ahí que hoy los encontremos en abundancia en compañía de sus primos los Ammonites.

El origen del fósil tlasinoides

El talasinoide fue descrito por primera vez por Woodward (1830), quien lo identificó como un fucoide fósil (alga marina), y le dio el nombre de Thalassinoides, que se deriva del griego Thalassi (“hierba marina”), y noides (“como”).

Aunque Ehrenberg (1944) reinterpretó este fósil como un rastro de animales invertebrados y no como un alga marina, se mantuvo el nombre icnogénico asignado por primera vez por Woodward.

¿Cómo son los Thalassinoides?

Las paredes de la madriguera que forman los Thalassioides están alineadas, lo que indica que fueron la vivienda de criaturas marinas hace millones de años. Se cree que los camarones, o un artrópodo estrechamente relacionado a este animal, son los responsables de la creación de las madrigueras.

Las secciones transversales de los pozos y túneles tienen forma de Y o T y tienen diferentes diámetros, que va desde unos pocos milímetros hasta los 22 centímetros.

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